En el programa Ciudadano ADN, de Radio ADN, el Padre Lauro Bocchi conversó el 9 de junio de 2020 con los periodistas Aldo Schiappacasse y Sandra Zeballos para contar la dura realidad que están viviendo los migrantes que se encuentran sin trabajo, en situación de calle y en los albergues coordinados por INCAMI esperando regresar a sus países.

El vicepresidente de nuestro organismo señaló las formas en que se puede ayudar, como la campaña de donación #NoMásDistanciamiento que busca visibilizar la difícil situación de miles de extranjeros en Chile.

Cuéntennos ¿Por qué se está produciendo este fenómeno masivo de venezolanos, colombianos, etc. que están queriendo volver a sus países?

-De manera especial en los últimos años nuestro país ha sido el destino de la mayoría de los migrantes en América Latina, teniendo un crecimiento de migración muy significativo. Estamos hablando de 1.300.000 migrantes en este momento.

Principalmente hablamos de una migración laboral, eligieron a Chile para poder trabajar y mejorar su calidad de vida. A consecuencia de la pandemia, los cierres de frontera y las pérdidas de puestos de trabajo, se generó toda esta situación que hemos podido ver en los medios de comunicación.

La mayoría son bolivianos que son temporeros, entiendo que están o estaban frente a los consulados son en un 95% temporeros, por lo que han perdido sus puestos de trabajo a consecuencia del fin de las cosechas lo que coincidió con el cierre de fronteras.

Más allá de los temporeros que vienen por un tiempo más acotado al país, se han ido sumando otras familias migrantes que habían venido a Chile buscando nuevas oportunidades, y esto revela que sus condiciones de vida eran o son muy precarias: viviendo en hacinamiento y trabajando en condiciones bien terribles lamentablemente, ¿es tanta la desesperación en la que están que (hoy) prefieren irse a sus países donde al menos tienen las redes de apoyo familiar que los pueden ayudar, no?

-Es bien cierto, lamentablemente la pandemia reveló una situación que tal vez se sabía, pero de la que no se tenía un total conocimiento, desde la manera en cómo viven los migrantes, la precariedad laboral principalmente y la cantidad de personas que trabajaban de manera irregular, lo que ocasionó todo lo que estamos evidenciando ahora, como una situación de mucha vulnerabilidad en estos tiempos.

Lo que más sentimos es que los mismos países y sus distintos representantes de cuerpos de diplomáticos no han tenido un protagonismo mayor de su parte.

Hay que destacar que desde el gobierno local, desde las instituciones de la sociedad civil y nosotros como Iglesia hemos tomado algunas medidas de apoyo a estas personas para que no sufran tanto. La situación se ha agravado tanto, que prefieren volver a sus países para contar con esa red de apoyo que mencionas.

¿La imposibilidad de que estas personas puedan volver a sus países tiene que ver con un tema económico de traslado o sencillamente con una cuestión protocolar de las cancillerías?

–Son varios factores, por ejemplo en relación con los bolivianos se permite cruzar la frontera y Bolivia los recibe si es que han cumplido con una cuarentena de 14 días, la cual es certificada, lo cual lleva a que el Consulado otorgue un documento que les permita viajar a Bolivia.

En cuanto a Venezuela, no tenemos información, incluso el Presidente Maduro ha manifestado que los venezolanos que se encuentran afuera son “armas biológicas” que contagiarán a la población en caso de ingresar a Venezuela.

De Colombia hubo una posibilidad de vuelo humanitario esta semana, pero ya supimos que de momento se aplazó para la próxima semana, y eso va cambiando todos los días.

En el caso de Ecuador, el consulado no ha comunicado ningún tipo de información. Entonces son varias situaciones y cada país ha entregado orientaciones distintas.

Iniciativas: Campaña #NoMásDistanciamiento

¿Cómo pueden las personas colaborar en lo que ustedes están haciendo como Instituto Católico Chileno de Migración, para ir en ayuda de estos migrantes?

–Aquí hay participación del Gobierno, las municipalidades, la Iglesia, varias instituciones que nos han colaborado y un número muy grande de personas anónimas que están colaborando con nosotros.

A partir de eso decidimos formar un Núcleo Humanitario para coordinar y entregar mejor las ayudas, éste núcleo está con sede en Bustamante 180 (Providencia), en la Parroquia Italiana (dependencias de INCAMI).

Aquí recibimos todas las donaciones, y para las personas que no tienen cómo cocinar o prepararse los alimentos, de aquí salen comidas preparadas que son entregadas a partir de una lista que nos envían las mismas personas que están fuera de los consulados.

Muchos están en albergues, hay 3 colegios en Providencia que están albergando venezolanos. Probablemente esta semana se abrirán colegios que albergarán a personas colombianas y ecuatorianas. Nosotros enviamos los alimentos e insumos a esas instituciones que están albergando a las personas.

También como INCAMI tenemos una campaña: #NoMásDistanciamiento por lo que invitamos a todos quienes quieran informarse y colaborar a visitar la página web www.nomasdistanciamiento.cl (donde pueden donar y conocer las historias de migrantes).

En base a su experiencia, ¿Cada vez van a haber más migrantes que quieran volver a sus países?

–Yo creo que sí, a lo menos durante este año. Esta pandemia traerá varias consecuencias, sobre todo económicas. Es mucho más fácil volver a comenzar en casa, en familia, que estando en otro país donde muchas veces están solos o bien en condición irregular.

Nosotros entendemos que fácilmente 150.000 estarán en condiciones de vulnerabilidad soportando los siguientes meses, muchos de ellos permanecerán en el país porque llevan mucho tiempo y tienen una posibilidad buena de conseguir un trabajo, pero otros que no están en igual situación imagino que volverán a sus países y quizás luego retornarán. Pero sí, seguramente muchos querrán regresar.

Más que migrantes, son personas

¿Cómo califican ustedes la relación que están teniendo los chilenos bajo esta circunstancia tan especial? Lo digo porque lamentablemente uno lee o escucha en redes sociales comentarios como que han venido a robar trabajo a los chilenos, que algunos debido a barreras idiomáticas y culturales no han acatado muy bien las normas sanitarias. ¿En ese aspecto, se han visto más atacados o criticados los migrantes?

–Hay una serie de mitos que siempre escuchamos de los migrantes. Siempre hay personas que malinterpretan la situación, culpando a los migrantes y a la migración de situaciones que ya ocurrían de antes.

En este caso concreto, escuché los comentarios de los haitianos de Quilicura que no estarían cumpliendo con los protocolos. Yo creo que es un tema cultural, que no se dan cuenta de la gravedad de la situación y también por no contar con condiciones para cumplir con lo que se espera, por ejemplo, alcohol gel, mascarillas, guantes, alimentación adecuada, etc.

Yo he estado en todos los alojamientos (albuergues), hemos visto que siempre el primer día y el último día son los más felices, pero durante la cuarentena hay muchísimas situaciones complicadas, ya que hay ancianos, mujeres embarazadas, una mujer dio a luz incluso, otra perdió su embarazo, personas que sufren problemas de salud mental, diabéticos, hipertensos, enfermos cardíacos, etc.

A veces no se puede ofrecer una alimentación adecuada y eso produce otros problemas como gastritis, lo cual va generando un malestar general. Los días de cuarentena son complicados porque el estado anímico (de los migrantes) se ve afectado.

Algunos colegios tienen estructuras mejores que otros, algunas personas pueden recrearse, hacer ejercicio, jugar, y otros no. Nosotros intentamos proporcionar a todos lo mejor, nos preocupamos del estado de salud de las personas, contando con personal de salud que nos ayuda.

Más que migrantes son personas. Es lindo ver los rostros de cada uno, sus historias, y sus sueños, ya que son personas humanas que como nosotros tienen emociones, familias, preocupaciones y sueños. Es bonito de ver lo que el pueblo y el gobierno chileno han hecho por estas personas.