Fray Escoba es el nombre de la panadería creada para ayudar a las familias migrantes de la región. En una primera etapa funcionará con voluntarios y las ganancias se destinarán a un fondo común. La idea de este proyecto, apoyado por Uniendo Fronteras, Fundación Anunciata Solidaria y el Instituto Católico Chileno de Migración, es impulsar el emprendimiento, integración y multiculturalidad. 

Como “un sueño hecho realidad”. Así define Moisés Pichardo (51) la apertura de la panadería migrante Fray Escoba en La Serena. Un emprendimiento solidario e inclusivo cuyo objetivo es impulsar el desarrollo laboral de los extranjeros que más lo necesitan. “Como migrantes aportamos lo que sabemos y si no, lo aprendemos. Este proyecto abrirá puertas y mostrará nuestras culturas”, dice este venezolano que llegó a Chile en marzo de 2019.

Pese a la pandemia, el proyecto impulsado por Uniendo Fronteras, Fundación Anunciata Solidaria y el Instituto Católico Chileno de Migración (INCAMI) pudo iniciar sus labores tras un largo proceso. “Primero se compraron máquinas. Luego faltaba la estructura y gracias a colaboradores anónimos, se fue juntando una pequeña ayuda para hacer posible este sueño”, cuenta Oriana Roman, religiosa de la congregación Hermanas Dominicas de la Anunciata y asesora de la Comisión de Migrantes de la Arquidiócesis de La Serena.

Según explica la colaboradora de INCAMI, el emprendimiento está en etapa inicial donde los trabajadores son voluntarios venezolanos, haitianos y colombianos y van rotando para producir pan. Las ganancias se van a un fondo destinado a la ayuda de familias migrantes. El propósito es que con el tiempo este sueño tenga sostenibilidad para crear puestos de trabajos.

Más que venta de pan

La amasandería Fray Escoba, ubicada en Isidoro Campañía 2395 – Las Compañías, cumplió una semana de funcionamiento. “Ayer sacamos las masas para las empanadas chilenas y las vendimos todas”, cuenta feliz Moisés, quien es profesor de educación básica y debió migrar a Chile por la crisis social de su país. Antes de venirse hizo un curso de amasandería el cual aplica hoy en este proyecto solidario. “Invitamos a las personas a conocer el negocio. Es un aporte que hacemos como migrantes y estamos brindando algo para Chile. Todos somos hermanos”, señala.

En cuanto a variedades de productos, en el local también se pueden encontrar chaparritas, masas y sopaipillas. A sabiendas que en la cultura de Chile se consume mucho pan, la marraqueta y la hallulla son los favoritos. De todas formas, la panadería migrante irá ofreciendo sabores propios de la patria de cada uno de los extranjeros que amasan con amor un futuro mejor.  

Pedidos al +56 9 8801933.


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